Muchos sociedades alrededor del mundo vieron (y aún ven) la vida como una danza, desde el movimiento de las nubes a los cambios de estación, hasta las uniones y separaciones de sus miembros. Los Dioses y Diosas del Panteón Griego han sido reconocidos como los orígenes del teatro contemporáneo occidental. Incluso los griegos le dedicaron una diosa: Tepsícore.
Entre los antiguos romanos, la danza no estuvo bien vista hasta ser incluso prohibida. Pero la necesidad del movimiento no se detuvo. Las danzas de celebración estacional fueron a menudo incorporadas a las fiestas cristianas que coincidían con antiguos ritos de fin del Invierno y celebración de la fertilidad con la llegada de la Primavera, y durante esta época surgió una danza secreta llamada la danza de la muerte, propiciada por la devastación de la Peste Negra. Las cortes de Italia y Francia se convirtieron en el centro de nuevos desarrollos en la danza gracias a los mecenazgos a los maestros y a los músicos que crearon grandes danzas a escala social que permitieron la proliferación de las celebraciones y festividades. En Italia los centros urbanos dirigidos por grandes señores iba a hacer que toda la península compitiera por sorprender asus invitados con exclusivos espectáculos. En Italia surge el que se considera el primer tratado sobre danza alrededor de 1450, cuyo autor -Domenico de Piacenza- habla de los cinco elementos que configuran la danza.
El objetivo del ballet de esta época era el entretenimiento de la aristocracia y los bailarines solían llevar disfraces y trajes acordes con la acción y con la época. Surgieron muchos tipos de Ballet antes de llegar hasta el que hoy conocemos.
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